jueves. 25.04.2024

La sangre del torero salió a borbotones un buen rato a causa de la herida originada por el toro “Islero”. La vena y la arteria femoral estaban completamente destrozadas y, ante tal situación y debido a la gran pérdida de sangre, se llegó a la conclusión que la solución sería realizar varias trasfusiones. La operación resultó un éxito: el matador recobró la presión arterial y el pulso.

A su llegada al quirófano,el doctor Giménez Guinea ordenó la trasfusión de un plasma; tras la introducción de este, el torero expiró y murió. ¿Fue en realidad la trasfusión de ese plasma noruego lo que terminó con su vida?

Dicho plasma, liofilizado y desecado, fue mezclado con suero antes de ser introducido en el herido. Era un remedio noruego que surgía de las penurias de la Segunda Guerra Mundial. La sangre suministrada estaba en mal estado y ya había causado la muerte entre los heridos de una explosión. La sangre había sido donada por Noruega para ayudar en las consecuencias derivadas de esa explosión y todo tuvo lugar diez días antes de la cogida de Manolete.

“Islero” lleva la fama de ser el causante de la muerte de Manolete, sin embargo; si analizamos cada uno de los pormenores de dicha historia, la gran culpable de su fallecimiento fue la trasfusión de ese plasma noruego.