viernes. 19.04.2024
Aprobación del Artículo 13

La Unión Europea amenaza con destruir el internet tal y como lo conocemos.

La aprobación del “Artículo 13” puede acabar con el internet tal y como lo conocemos. 
Con este se acabarían muchos contenidos típicos de la web, como son las parodias, los livestreams de juegos y hasta los memes, e inclusos las redes sociales con las que convivimos diariamente como Facebook o Twitter podrían desaparecer.

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Redes sociales, extraída de: Pixabay.com

En 2016 se comenzó a hablar en el Parlamento Europeo del “Artículo 13”, pero no ha sido hasta 2018 que se han comenzado a realizar las votaciones con respecto a su aprobación y las consecuencias de este. Desde verano se han ido sabiendo cada vez más con respecto a esta directiva, pero todavía hay mucha desinformación entre los ciudadanos, tanto españoles como en el resto de la Unión Europea de qué es lo que está pasando realmente y de las consecuencias que puede tener, ya que no se está dando difusión mediática sobre un tema tan importante sobre el que todos deberíamos tener la oportunidad de decidir.

Esta directiva implica que las plataformas en las que se comparte el contenido se verán obligadas a tomar medidas para filtrar y revisar todo lo que se publique en ellas, y tendrán la libertad de borrar todo aquel contenido que incumpla los derechos de autor. Significa que no serán los autores los que impongan estos derechos, si no los medios en sí. Además, esta directiva supondría la vuelta del debate sobre Google News, y el dominio público estaría cada vez más limitado.

Tras hablar con el experto Francisco Asensi, desarrollador de negocios y medios digitales y audiovisuales, este nos informa de que incluso los mismos creadores no nativos (músicos, directores de cine, etc) han hecho lobby en el parlamento para que este aprobara una normativa que en teoría permitiría recaudar más dinero con sus creaciones, pero esto es muy polémico porque no se sabe realmente quién puede estar detrás de ese término “creadores”. "Tal vez sean las empresas de distribución, quienes detentan los derechos de explotación de la creación original, es decir, los mismos que llevan 20 años luchando con la compartición de contenido a través de Internet", añade Asensi.


Sin embargo son principalmente los creadores nativos (independientes) los que se verían afectados por esta normativa, y tendrían que andarse con muchísimo cuidado al usar contenido de terceros.

 

Según explica EFE, también se sospecha que tras esta normativa haya un control de las ideas y de la libertad de expresión, que podríamos relacionar con el “surveillance capitalism”, variante radicalmente desincorporada y extractiva del capitalismo de la información.

Francisco añade que “la aprobación de esta directiva sería el punto de partida de otra Internet diferente a la original, y en la que la libertad de creación y compartición de la cultura no existiría”.