viernes. 29.03.2024
Clichés

Clichés: el miedo hacia las “plantillas preestablecidas”

Presentes en las historias, desde la literatura hasta el cine o las series, los estereotipos o lugares comunes tienen sus ventajas y sus inconvenientes, todo depende de su tratamiento. No obstante, a lo largo del tiempo, estos han sido juzgados bajo diferentes ojos analíticos. En este artículo descubrirás un poco más sobre ellos. 
Chica con libro en la mano leyendo
Chica con libro en la mano leyendo

Estás tumbado en tu cama, relajado y sosegado; te apetece leer un libro, ver una película o engancharte a una serie. Miras tu estantería y suspiras pensando que ya has leído todos tus pendientes. Acabas agarrando el portátil y metiéndote en Netflix para ver alguna serie random. Finalmente, en recomendados te sale una película romántica. Como tampoco tienes nada pensado, cedes. Todo va bien, hasta que te das cuenta de que esta historia ya la conoces, sabes lo que va a pasar y por dónde va a ir la trama.  

Uf, qué pereza —piensas—. Demasiado cliché. 

Una nueva pregunta resuena por tu mente: ¿qué es un cliché? 

La palabra cliché proviene del francés, definida por la RAE como una plancha que se utiliza para reproducir múltiples copias de los textos o imágenes grabados en ella, 'negativo fotográfico' y 'estereotipo o lugar común'. Nos vamos a quedar con la última parte de dicha definición: Estereotipo o lugar común.  

Los clichés siempre han estado presentes en las historias. Desde la literatura hasta el cine o las series. Casi siempre vamos a encontrar ciertas acciones y situaciones que siguen un mismo patrón, es decir, la historia se convierte en una ecuación en la que solo debes sustituir las incógnitas por personajes y voilá; ya tienes una historia creada, mediante una plantilla preestablecida, con unos patrones de conducta.  

El cliché como ecuación matemática 

Esto puede pasar desapercibido para los lectores más novatos o para aquellos que solo buscan evadirse y disfrutar de la trama, sin pensar más allá dentro de esta. No obstante, para los lectores empedernidos, que han leído o visto varias historias, llega un punto en el que son capaces de conectar los patrones y resolver por sí mismos la propia ecuación, como alumnos brillantes que son. Entonces, ¿cuál es el problema?  

El problema, viene de la mano de este último punto. Al principio, el lector disfruta descubriendo la trama por sí mismo, piensa que es ávido, espabilado, y que está pillando todo lo que el escritor ha maquinado en su cabeza. Hasta que ese lector se da cuenta de que curiosamente el siguiente libro lo ha conseguido adivinar; con el siguiente ocurre lo mismo… y con el siguiente y el siguiente del mismo… En ese momento, es consciente de que simplemente ha aprendido a despejar la incógnita. Acaba de descubrir que leer una historia se ha convertido en una clase de matemáticas.  

Llega un momento, en el que no se disfruta la historia, ya que sabes qué va a ocurrir en las últimas páginas de ese libro que tenía tantas ganas de leer. 

Más allá de la literatura  

Probablemente mientras lees este artículo, estarás pensando, ¿y qué? No soy lector, tampoco me fijo mucho en estas cosas, ¿qué me importa a mí todo esto? 

Querida persona que estás leyendo mis palabras a través de la pantalla ¿y si te afecta más de lo que crees? Volvamos a la definición que destaqué anteriormente: Estereotipo o lugar común.  

En nuestro día a día, podemos ver más clichés de los que pensamos.  

Un ejemplo muy sencillo y fácil de trasladar a la realidad es el siguiente: Un amigo te va a presentar a su pareja, por lo que organiza una comida entre los tres. Llega el momento y asistes a la reunión. Todo va bien, te lo estás pasando bien, ríes, bebes… hasta que tu amigo decide irse al baño, dejándote solo con su pareja. Oh, oh. Silencio incómodo. Te muerdes el labio mientras piensas de qué puedes hablar. ¿Trabajo? ¿El tiempo? ¿Cómo se conocieron? ¿De qué se suele hablar en estos casos? ¿Qué cliché uso? 

Es algo común, sencillo de realizar. Son unos temas que tienes preestablecidos en tu mente para evitar una situación incómoda. Una especie de salvoconducto al que acudir cuando estamos en peligro.  

Ventajas de los clichés 

A pesar de que mi argumentativa anterior ha sido principalmente negativa, no todo cliché es malo. No debemos verlos como enemigos, huyendo de ellos con antorchas y hoces. Pueden aportar muchos beneficios al lector y al creador.  

Por un lado, estos pueden ser la excusa perfecta del escritor para poner a prueba su creatividad e imaginación. Y es que, con los clichés, importa más el cómo se cuenta que el qué se cuenta.  

También, son la forma perfecta de simplificar el contenido de una historia y crear una base, haciendo que el lector no se pierda durante el desarrollo y ahorrándose un sinfín de relleno explicativo.  

Por ejemplo, esto se puede ver en Seis de cuervos de la escritora estadounidense Leigh Bardugo. La trama, en primera instancia, es algo común: a un grupo de jóvenes ladrones, conocidos como los despojos, le encargan una misión altamente peligrosa y suicida. Esta historia, que puede parecer común y repetitiva, es aprovechada por la escritora para desarrollar a sus personajes de una forma exquisita, consiguiendo que esa historia que previamente podríamos considerar como cliché, se convierta en una interesante y novedosa por la evolución de sus personajes. Aquí podemos ver un buen tratamiento de los clichés.  

Siguiendo esta línea, otro recurso que aportan estas plantillas preestablecidas, es el de jugar con la mente del lector. Desde mi punto de vista, como escritora y lectora a partes iguales, es de los mejores medios para mantener en vilo al lector. El consumidor piensa que la trama va por una línea, incluso está preparando su argumento para quejarse del libro cuando, ¡PAF!, la trama toma otro camino, dejando al lector confundido o estafado, pero, sobre todo, intrigado.  

¿Con clichés o sin clichés? 

En líneas generales, en este artículo has podido conocer los entresijos de los clichés y el tratamiento de estos en las historias —tanto en la literatura, como en las series o películas—. Sin embargo, el debate continúa, y coge más peso que nunca. Entonces, ¿los clichés son algo bueno o algo malo?  

La reflexión que extraigo es la del tratamiento del mismo. Dicho en otras palabras, dependiendo del rumbo que coja el argumento, puede ser beneficioso o perjudicial en sí. 

En todo caso, toda historia es disfrutable, por lo que, tampoco debemos juzgar por los clichés que esta contenga sin un previo análisis de los mismos y su impacto dentro de la trama en sí.