El saber sí ocupa lugar, pero a veces no estorba. El hecho de que los seres humanos, naturalmente, no podamos retener toda la información que fluye directa o indirectamente hacia nosotros, nos hace categorizar los contenidos, separando aquellos que nos resultan útiles de los que no. Aunque los conceptos más específicos de un campo los abandonamos con la certeza de que las personas especializadas en este los adquieran, no podemos evitar investigar sobre aquellos temas que despiertan cierto interés o preocupación en nosotros.
De este modo, durante estos dos meses de cuarentena, ha aparecido un concepto específico en el campo de la biología, que es nombrado repetidamente en las noticias, y sobre el que solo una minoría es capaz de mantener una conversación con conocimiento de causa:
¿Qué son las pruebas PCR?
La “Reacción en Cadena de la Polimerasa” o, como es mayormente conocida, PCR, es una prueba de diagnóstico que permite analizar y detectar la presencia de enfermedades y la cantidad de virus presente en una persona a partir de una mínima muestra de tejido. Dicha toma, junto a compuestos químicos –reactivos–, cebadores –cadenas de ácido nucleico, el cual permite el almacenamiento de información genética–, nucleótidos y ADN-polimerasa –enzimas capaces de replicar ácidos nucleicos–, permiten multiplicar el ADN de una persona en un tubo de ensayo.
La “Reacción en Cadena de la Polimerasa” o PCR, es una prueba de diagnóstico que permite analizar y detectar la presencia de enfermedades y la cantidad de virus presente en una persona a partir de una mínima muestra de tejido
Ángel Pereira, gerente de ventas de hospitales de la región de Levante y Andalucía en Roche Farma, explica el procedimiento: “Se toma una muestra, se coge un trozo de la cadena de ARN o ADN y se multiplica muchas veces para que pueda ser detectable. La PCR te dice si tienes la enfermedad o no, depende de los reactivos”.
La prueba PCR es considerada uno de los avances científicos más importantes del siglo XX, pues permite sintetizar grandes cantidades de ADN de un objetivo específico. Proporciona resultados fiables que posibilitan diagnosticar y supervisar enfermedades, así como contribuir a las investigaciones propias de la biología molecular. La importancia de esta prueba fue reconocida en 1993, año en el que Kary Mullis y Michael Smith –creadores de la PCR– recibieron el premio Nobel de Química.
Proporciona resultados fiables que posibilitan diagnosticar y supervisar enfermedades
Tras una compensación económica por parte de Cetus –empresa para la que trabajaba el bioquímico Mullis– a este mismo por la invención de la PCR, la compañía vendió la patente a Roche Molecular Systems, uno de los segmentos que conforman Hoffmann-La Roche, empresa especializada en la industria farmacéutica. A partir de 1991, Roche no solo se convirtió en la primera compañía en operar con PCR, sino que se ha mantenido líder y pionera en el mercado por su inversión para perfeccionar dicha tecnología, así como el desarrollo de aplicaciones de esta.
¿Para qué se utilizan las pruebas PCR?
Verificar la paternidad, identificar a posibles sospechosos, exculpar a personas acusadas erróneamente de un crimen, identificar a víctimas o detectar bacterias que pueden contaminar el aire, el agua, la tierra y los alimentos. Estos son algunos ejemplos de lo que los científicos han sido capaces de lograr mediante la utilización de las pruebas PCR, las cuales han puesto de manifiesto con sus resultados que, a pesar de que poseemos un ADN similar, cada persona tiene diferentes secuencias lo que, de hecho, nos hace únicos.
Pero las personas no son el único factor diferente en esta ecuación: existen diferentes tipos de PCR. Así, podemos distinguir entre PCR cualitativas y cuantitativas. “Las PCR cualitativas son aquellas que te dicen si tienes la infección o no; mientras que las PCR cuantitativas son aquellas que te dicen la cantidad de virulencia en la muestra clínica", explica Carmen López, visitadora médica de Oncología en Roche Farma. En Yuenlab –un laboratorio dedicado al diagnóstico molecular– distinguen entre PCR convencional –previamente explicadas como cualitativas– y en tiempo real –cuantitativas–.
“Las PCR cualitativas son aquellas que te dicen si tienes la infección o no; mientras que las PCR cuantitativas son aquellas que te dicen la cantidad de virulencia en la muestra clínica"
Durante muchos años se ha hablado de la utilidad de la PCR en el diagnóstico de enfermedad infecciosas –aquellas causadas por organismos– y hematológicas –aquellas que afectan a la sangre–, como por ejemplo el VIH. Pero…
¿Cómo funciona realmente esta técnica?
En primer lugar, se toma una muestra mediante un bastoncillo de la saliva o la mucosa del paciente, resultando indoloro y nada invasivo para el mismo. Posteriormente, se toma una porción de esa muestra en la que se encuentra el ADN o ARN y se amplifica muchas veces para que el virus pueda ser detectable.
Médico tomando la muestra de un paciente para realizar la PCR. Fuente: Unsplash
No debemos olvidar la importancia de los reactivos. Un reactivo es una sustancia añadida a un sistema para provocar una reacción química. Por ello, son fundamentales en la realización de una prueba PCR porque consiguen una separación de las cadenas de ADN y su posterior replicación. En el mercado hay varios equipos de PCR y cada fabricante tiene sus propios reactivos, en el caso de Roche, fabrica los reactivos para sus aparatos de PCR y estos están calibrados para utilizar estos mismos reactivos. Esto no significa que haya casas comerciales que fabrican reactivos compatibles con los equipos de Roche.
La PCR tiene un 80% de fiabilidad. Si la prueba da un resultado negativo, puede ser por dos razones: porque se haya cogido la muestra de un sitio inadecuado y/o la muestra sea insuficiente. Asimismo, si la prueba es negativa, pero aún así se siguen teniendo sospechas de contagio, se realizaría una segunda prueba PCR.
El tiempo transcurrido desde que se toma la muestra, hasta que se comunica el resultado suele ser de entre 6/7 horas, aunque en algunos casos puede llegar a tardar días porque el panel de muestras está incompleto.
La PCR tiene un 80% de fiabilidad. [...] se comunica el resultado entre 6/7 horas
Panel de muestras de la PCR. Fuente: Webconsultas
¿Todo el mundo puede realizarse este tipo de pruebas a su libre albedrío?
Tener síntomas de alguna infección, ser una persona de riesgo o convivir con aquellos que podrían estar contagiados, son los criterios necesarios para la realización de la PCR.
De igual manera, aunque se cumplan algunos de los criterios mencionados anteriormente, será el médico de cabecera, en caso de atención primaria, o un especialista en el hospital, quien tenga la última palabra para la realización de dicha prueba.
¿En qué consisten los test rápidos?
Como hemos expuesto, las pruebas PCR se utilizan por la identificación del ADN y ARN del virus en cuestión. Los test rápidos, sin embargo, no son capaces de identificarlos, sino que hacen uso de otros dos métodos distintos según el origen de las muestras, tal y como nos explican en Roche Farma. A través de una muestra de sangre, los test rápidos son capaces de detectar anticuerpos que el propio organismo ha generado para combatir el virus. Por el contrario, mediante muestras respiratorias, estos pueden detectar proteínas del virus.
los test rápidos son capaces de detectar anticuerpos que el propio organismo ha generado para combatir el virus
Entonces, ¿son fiables?
La gran disputa en estos meses de pandemia se ha centrado en la fiabilidad de las pruebas de detección del COVID-19 que se han estado utilizando. Hasta el momento, no se han encontrado pruebas fiables al 100%. No obstante, es la gran diferencia entre las pruebas PCR y los test rápidos la que disminuye el porcentaje de fiabilidad de estos últimos a un 60%. Al no analizar ni ADN ni ARN en su proceso, los test rápidos sólo son capaces de identificar los anticuerpos desarrollados por un organismo que ha sido afectado por el virus. Por lo tanto, esta prueba dará positivo si la persona ha estado infectada previamente por el COVID-19, no siendo capaz de diagnosticar la situación actual de la persona.
Hasta el momento, no se han encontrado pruebas fiables al 100%. No obstante, es la gran diferencia entre las pruebas PCR y los test rápidos la que disminuye el porcentaje de fiabilidad de estos últimos a un 60%
No obstante, y dada la magnitud de esta pandemia, es recomendable complementar los test rápidos con una prueba PCR en aquellas personas que muestren síntomas del virus. José Luis Haro, Commercial Unit Manager. Division Regional Access Business en Roche Farma, revela que “La rapidez de estos test –se conocen los resultados entre 10/15 minutos– está siendo de gran ayuda en estos momentos ya que se pueden realizar a domicilio, siempre y cuando esté bajo la supervisión de un profesional sanitario. Esto ayuda a que no haya saturación en los hospitales”.
¿Es todo tan fácil como parece?
La preocupación por el COVID-19 nos lleva a preguntarnos por qué no se están realizando test masivos a la población española. Lo que se desconoce, es que esta cuestión no entiende de bandos políticos, sino que son las propias características de las PCR y los test rápidos las que dificultan la realización de la misma.
El tiempo de duración estimado desde que se toma una muestra hasta que se obtiene el resultado de la PCR es de entre 3/4 horas. Dado que se trata de una pandemia mundial, ese tiempo debe ser reducido con miras a poder abarcar una mayor cuota de población. Hasta el momento no existe ninguna capaz de realizar milagros. Sin embargo, Roche Farma España cuenta con un robot llamado Roche Cobas 6800 que, según Carmen López – Visitador médico de Oncología en Roche Farma: “permite que se puedan obtener más de mil millones de copias de un gen en un tiempo récord”.
No debe confundirse la capacidad que tiene el Robot Cobas de multiplicar el ADN de cada cadena con que el tiempo de espera del resultado de la PCR disminuya a gran escala. Aunque, inevitablemente, este tiempo se verá afectado, pues el número de muestras del panel asciende de 96 que poseen las PCR a alrededor de 200 de dicho robot, permitiendo que se puedan obtener mayores resultados de manera más rápida para satisfacer las necesidades médicas urgentes.
Robot Roche Cobas 6800. Fuente- Xornal de Vigo
Los precios de los test rápidos oscilan entre 6-13 €, mientras que los de la PCR ascienden a 40-60€
Además, las complicaciones económicas al inicio de la pandemia dieron lugar a que la realización de los test rápidos fuese insuficiente. Como consecuencia, el Gobierno se ha visto obligado a sumergirse en una deuda descomunal que impide que en esta fase se sigan realizando pruebas a gran escala. Los precios de los test rápidos oscilan entre 6-13 €, mientras que los de la PCR ascienden a 40-60€.
De esta manera, hacer pruebas masivas, ya sean test rápidos o PCR, a toda la población es inviable técnica y económicamente. Un negativo hoy puede ser un positivo mañana, pues existe la posibilidad de que al menos en 6 días el organismo no haya generado suficientes anticuerpos para ser detectado.
¿Que pasaría si no se encontrase una vacuna?
Desde que el COVID-19 apareciera en nuestras vidas, científicos de todo el mundo no han cesado de buscar una posible vacuna contra el virus infeccioso. Con unas 20 vacunas en proceso de estudio actualmente –según recoge Business Insider–, las predicciones de Roche alcanzan finales del año 2021 para que esa primera vacuna vea la luz. Mientras tanto, en este largo proceso, el papel de las PCR cobra especial importancia puesto que estas pruebas pueden indicar determinados parámetros o marcadores hacia dónde dirigir la investigación. Para Pereira: “Si se viese que todos los individuos a los que se les hace PCR tienen una determinada cadena de ADN dañada frente a los que no padecen la enfermedad, esto es una puerta para seguir la investigación”.
Con unas 20 vacunas en proceso de estudio actualmente –según recoge Business Insider–, las predicciones de Roche alcanzan finales del año 2021 para que esa primera vacuna vea la luz
Por eso, muchos científicos abordan la posibilidad de que no se consiga una vacuna contra el COVID-19 –actualmente no se ha logrado crear una eficaz contra el VIH, por ejemplo–. Esto provocaría vivir de manera constante con la amenaza de este virus lo que, consecuentemente, nos obligaría a cambiar nuestros hábitos, adoptando todas las medidas de prevención frente a este riesgo permanente. No obstante, se está trabajando intensamente en retrovirales – medicamentos diseñados para interrumpir la multiplicación del virus en el organismo – que harán posible, a falta de una vacuna, que la letalidad del virus no cause fallecimientos y palie dichos efectos.
¿Se está haciendo todo lo posible?
Ante la falta de pruebas PCR y test serológicos, existen compañías que llevan un tiempo dedicadas a proporcionar toda la ayuda posible a centros sanitarios. Es el caso de Roche Farma; Nuria Soler, directora de Oncología y Hematología lo confirma: “Estamos en contacto con los hospitales y tenemos una cierta responsabilidad en ayudarlos”.
Roche Farma España ha donado material sanitario para ayudar a frenar el COVID-19: 76.00 mascarillas, casi 70.000 pares de guantes, más de 10.000 gafas de protección, 10.000 viseras, 1.000 monos de protección, casi 2.000 envases de gel hidroalcohólico, 100 respiradores monitorizados y 1.000 pulsioxímetros.
Además, esta gran multinacional ha propuesto varias alternativas como la realización de unos nuevos test serológicos para detectar anticuerpos en personas que han estado expuestas al Síndrome Respiratorio Agudo Severo por Coronavirus (SARS-CoV-2) que causa el COVID-19.
Este test, que está a las puertas de comercializarse, puede utilizarse para ayudar a comprender mejor la propagación de la enfermedad y también puede ser usado para ayudar al diagnóstico de pacientes con sospecha de COVID-19. Los hospitales y los laboratorios de referencia pueden realizar este tipo de test en los analizadores de Roche, que están ampliamente disponibles en los laboratorios en todo el mundo.
“Estamos preparados para ganar una guerra, pero no una pandemia”
Como vemos, su compromiso con el Sistema Nacional de Salud y con los pacientes es más firme que nunca. Y es digno de reconocer los esfuerzos depositados por parte de cada español. Sin embargo, esta situación tan trágica reafirma lo que Bill Gates afirmó hace cinco años: “Estamos preparados para ganar una guerra, pero no una pandemia”.