La periodista y escritora está de gira por Andalucía con su nuevo libro HORIZONTE. En su última parada en Córdoba ha compartido su obra con los estudiantes de la la Universidad Loyola.
HORIZONTE nos cuenta la historia de Ketu Simo, un joven camerunés que emprende un viaje en busca un futuro mejor; su madre es maestra y su padre empresario, a pesar de tener una base económica estable, ve cómo le roban la beca de estudio para dársela al hijo de un alto funcionario. Al llegar a España, una familia lo acoge, consigue estudiar Relaciones Internacionales y al comenzar a trabajar en oficinas diplomáticas descubre un proyecto que plantea la construcción de un puente que une el estrecho de Gibraltar con África. Una novela que mezcla la ficción con la realidad donde la realidad muchas veces supera a la propia ficción.
En realidad, Ketu no es sino la versión ficticia de un camerunés que conoció la autora tiempo atrás y a la cual su historia le cautivó. Él le contó que en África hay un movimiento de jóvenes que quiere luchar por el avance del país y dejar atrás las desigualdades en las que viven. El viaje que se relata también es real al igual que el proyecto del “puente”, que, de hecho, se redactó poco después del intento de golpe de estado del 23F.
La autora hizo partícipes a los alumnos que se encontraban atentos a sus palabras, haciendo un tipo de dinámica pregunta-respuesta y que demostró el poco conocimiento que hay sobre precisamente ese horizonte que plantea la novela el cual, lejos de ser un puente físico, es un puente de uniones y solidaridad entre Europa y África.
Para finalizar, María Iglesias leyó una carta real de un senegalés que falleció congelado al intentar huir de su país agarrado al puente de aterrizaje de un avión con dirección París, en la cual pide auxilio y ayuda para la hambruna y la inexistencia de derechos humanos en su país.
La autora, que fue guionista en los Late-Night Noche sin tregua y actualmente es redactora del programa de libros El público lee, en Canal Sur 2, cuenta también con otros títulos en su haber como Lazos de humo o el Granado de Lesbos. De su último título quiso destacar un mensaje para los jóvenes: “somos nosotros contra la élite”.
Tras esta charla con los jóvenes universitarios, María Iglesias nos quiso atender para hacerle una entrevista que, más que eso, fue una conversación muy cercana y agradable sobre su proceso creativo.
—Pregunta: ¿Cómo definirías tus novelas en una frase?
—Respuesta: Son novelas de compromiso social donde juega un papel muy importante las relaciones de amistad.
—P: ¿Cómo te inspiras para escribir? ¿Viajas? ¿Haces entrevistas?
—R: Bueno, he viajado varias veces a Marruecos y en el África subsahariana estuve en Senegal, pero no lo he hecho al principio del proceso digamos. Los viajes han sido cuando ya tenía el borrador escrito prácticamente. Luego ha influido en la reescritura, porque mucho de escribir es reescribir. Pero fíjate, habitualmente cuando lees, o en el proceso de la vida… a mi me surge una imagen. Hay algo que me resulta muy evocador o que me obsesiona y por ejemplo en esta novela (Horizonte), hubo una parte que me fue muy evocadora, que era el paso por el Sáhara de Suni tanto por terrorífico como por poético.
Le dije: "Me estoy sintiendo mal porque sé que sufriste pero al mismo tiempo me está pareciendo muy hermoso y muy lírico por cómo lo cuentas. Veía a la luna enorme y se sentía conectado con su madre a través de ella. El sentía que su madre la estaba mirando. Todo eso frecuentemente estaba en mí, y de hecho es lo que abre la novela. La novela no va en orden cronológico, sino que arranca con el desierto. Algo que no he dicho en la primera pregunta es que pienso que son bastante visuales; lo concibo de una manera muy audiovisual, muy cinematográfica”.
—P: ¿Te hace más ilusión ser periodista o ser escritora?
—R: Me hace mucha ilusión que me hagas esa pregunta, porque no me la ha hecho nadie. Porque mira, soy poco de fronteras en todos los órdenes. En el geográfico, pero también en el de los géneros, y creo que existe una injusta inferioridad del periodismo con respecto a la literatura. Al mismo tiempo siento que como autora literaria, al ser periodista, a ciertas personas, cuyo criterio no me importa, les parezco menos literata porque soy periodista. Es como que hay un castigo por ser periodista (risas).
a ciertas personas les parezco menos literata porque soy periodista
Disfruto muchísimo las dos; no las considero separadas. Para mí el periodismo es un género literario más y se puede hacer bien, mal o regular, como la literatura. Cuando tú trabajas, trabajas con honestidad y con códigos para cada cosa. Tampoco los separaría como que el periodismo es la verdad o la objetividad y la literatura es la mentira y la subjetividad. Esos códigos me parecen que están desfasados y superados.
Son instrumentos distintos para elaborar discursos y textos que se disfrutan, que te hacen pensar, viajar, reflexionar… Me parecen complementarios y no tenemos por qué elegir.
el periodismo es un género literario más y se puede hacer bien, mal o regular, como la literatura
—P: ¿En qué parte de tu vida decidiste dar el paso de manifestarte escribiendo? Y, por consiguiente, ¿crees que desde entonces el mundo ha cambiado?
—R: Desde pequeña he sido muy lectora porque en mi casa eran muy lectores, voraces, tanto de prensa como de literatura, y además mi madre era bibliotecaria. También dentro de casa estaba muy presente el activismo social porque mi padre era abogado laboralista. Entonces en esa olla me he cocido yo. Luego a la hora de elegir mi carrera elegí periodismo frente a una filología porque pensé que iba a ser más práctico, que podría empezar antes a escribir. Una vez que ya estaba ejerciendo como periodista escribí la primera novela y las he ido simultaneando. Cuando terminas hay una etapa de volverte a nutrir hasta la siguiente.
Desde pequeña he sido muy lectora
—P: ¿El sitio en el que más te gusta escribir?
—R: He cambiado muchas veces. La primera novela la escribí prácticamente entera en la casa de mis padres cuando ya estaba independizada, pero iba por las mañanas ya que no había nadie. La segunda en bibliotecas públicas y ya después de la pandemia me he vuelto a acostumbrar a escribir en mi casa, pero vamos, es muy recomendable salir fuera.
—P: Para ti, ¿Qué es lo que está fallando? ¿Falta de conciencia, de movilización social, temas políticos…?
—R: Todos los cambios en la historia se producen por un movimiento social que se tiene que canalizar a través de líderes sociales o representantes políticos. Tenemos que buscar un acuerdo para llevarlo a cabo, pero para eso hace falta una conciencia.
Cuando a veces nos preguntamos ¿Qué es lo que hay que hacer?, todos sabemos lo que podemos hacer. Cuando la guerra de Ucrania empezó, Europa acogió sin el más mínimo problema a ocho millones de ucranianos. En Europa de manera irregular entran al año 250.000 personas, o sea, es un falso debate. No es ningún problema acoger a 250.000 personas. Entonces tenemos que ser conscientes, abrirnos a la realidad de las cifras, ver qué tipo de relación tenemos con el continente más cercano y tan desconocido para nosotros. Ahora se ha aprobado la ILP en el parlamento de regularización de los inmigrantes. Está avalada por muchísimas entidades, entre ellas la CEOE y la patronal empresarial. El presidente Garamendi decía el otro día que hacen falta trabajadores extranjeros. Tenemos que dejar de expoliar. Mirar no solo a las consecuencias (la llegada de pateras) sino el origen; esto ocurre porque Europa después de la guerra de los 60 sigue expoliando a los africanos y tratando sin respeto a la gente africana. No es ético y además no nos lleva a nada bueno.
Los ciudadanos debemos ser más conscientes, más reivindicativos y más organizados, y los partidos que nos representan responder a lo que demandemos. Como ellos saben que les cuesta votos, actúan de otra manera.
Todos los cambios en la historia se producen por un movimiento social que se tiene que canalizar a través de líderes sociales o representantes políticos.
—P: ¿Cuánto hay de ti en cada libro? Es decir, en la personalidad de los personajes.
—R: Por una parte todo porque tú los creas y hay todo tuyo, pero intentas que sean personajes diversos. Cada uno tiene que tener su propia personalidad, y en esta novela hay muchos diferentes.
—P: Como escritora ¿Qué te llena? ¿Y como periodista?
—R: Es verdad que son dos trabajos muy diferentes pero que tienen mucho en común como te decía antes. Cuando trabajas como escritora es muy gratificante la creación. O sea, cuando creas una situación, un personaje que fluye y te lleva incluso por sitios que no tenías previstos te sientes muy realizada, es muy gustoso. Igual que cuando lees y te identificas con lo que ha escrito alguien y que no lo has sabido expresar pero lo estabas sintiendo por dentro. Luego en la parte periodística cada vez me gusta más el género de la entrevista y escuchar otras voces y nutrirme de otras ideas.
Cuando trabajas como escritora es muy gratificante la creación
—P: He visto que tienes una gran experiencia profesional y personal con tus novelas, colaboraciones, campañas de concienciación… ¿Cuál ha sido la mejor experiencia de tu carrera?
—R: Yo creo que la más determinante para mí ha sido el documental Contra Marea. Ha marcado un punto de inflexión en mi trayectoria y en mi vida. Fue un trabajo que hicimos en diez días de rodaje, en condiciones muy precarias. Íbamos tres en el equipo: El director Carlos Escaño, el cámara Jaime Rodríguez, y yo. El actor Antonio Dechent se prestó a locutar y tuvimos luego mucho apoyo en la difusión en redes y en la prensa de Sevilla. También tuve muy buena colaboración con periodistas locales con los que contacté antes de viajar y nos abrieron muchísimas puertas. Fue una experiencia agotadora porque fue de día y de noche, pero emocionalmente si lo ves vas a ver testimonios con los que vas a entender muy bien el impacto tan fuerte que te dejan y la necesidad luego de trabajar superando ese impacto. Después fue muy reconocido… Se emitió en Canal Sur, recibió premios de Cruz Roja, de la ONCE, a mi me valió el premio de la Asociación de la Prensa de Sevilla. Eso nos llevó a hacer la campaña de acogida a los refugiados y, en definitiva, ha determinado mi carrera. Después por los dos libros escritos y mi especialización en la temática migratoria me ha hecho sentir particularmente útil en mi trabajo.
Yo creo que la más determinante para mí ha sido el documental “Contra Marea”. Ha marcado un punto de inflexión en mi trayectoria y en mi vida.
—P: ¿Con cuál crees que has llegado más al público?
—R: El que acabamos de comentar, claro, tiene una difusión muy potente en lo audiovisual. La primera novela también tuvo muy buena acogida, fue reeditada, está agotada… y esta última la verdad que va fenomenal. En ese sentido tengo muy buena suerte, los trabajos tienen muy buena acogida.
—P: ¿Qué libro te ha costado más escribir?
—R: Es muy difícil compararlos. El primer libro quizás me costó más esfuerzo porque tenía menos conocimiento técnico y emocionalmente te implicas en todo mucho. No sería capaz de decirte que uno me haya costado más ni que uno lo haya disfrutado más que otro; todos tienen su momento. Sí que es verdad que escribir tiene una dimensión muy importante y que la gente no ve lo que es reescribir, o sea, desde que haces el primer manuscrito a lo que queda al final hay muchísimas, muchísimas lecturas y borrados. Es increíble. Esa segunda etapa es también muy gratificante, pues cuando crees que ya has contado la historia empieza una etapa que supone un reto personal pero a la vez se disfruta.