El exfutbolista Carlos Marchena, campeón del mundo con la selección española en Sudáfrica 2010 y figura clave en la época dorada del fútbol nacional, visitó la Universidad Loyola en Sevilla el 2 de abril para participar en una clase de Liderazgo y Desarrollo Personal impartida por el profesor Paco Pérez Valencia. El encuentro fue mucho más que una charla sobre fútbol.

Desde el primer minuto, Marchena mostró la tranquilidad de quien ha vivido todo en el mundo del fútbol; campeón de Europa en 2008, con una trayectoria en clubes como el Sevilla, Valencia, Villarreal, Benfica o Deportivo de la Coruña. El sevillano compartió con los estudiantes sus aprendizajes dentro y fuera del campo: saber que la clave está en saber adaptarse, tener mentalidad de crecimiento y, sobre todo, no perder de vista lo que realmente importa. “Cuando estaba en el banquillo, lo vivía como una oportunidad para pensar en qué mejorar. Ahí es donde uno crece”, confesó. Para Marchena, los momentos de posible estancamiento son trampolines a algo mejor si se afrontan con mentalidad abierta y constructiva.
Cuando estaba en el banquillo, lo vivía como una oportunidad para pensar en qué mejorar
A lo largo de la charla insistió en la importancia de rodearse de personas que te reten y te inspiren a ser mejor. “Busco entrenadores mejores que yo para superarme”, afirmó, remarcando la necesidad de seguir aprendiendo, incluso después de haberlo ganado todo.
Mundial 2010
Uno de los momentos más emotivos de la jornada llegó cuando relató el instante en que levantó la Copa del Mundo en 2010. “¿Y ahora qué?”, se preguntó entonces. Para el exfutbolista, más allá de la fama y los títulos, lo que de verdad quería era ese deseo infantil de jugar por placer, como cuando lo hacía en la Plaza América con sus amigos.
Esa perspectiva realista también le permitió mantener los pies en la tierra. “Hay mucha tontería cuando uno está arriba. Pero mirar a mi padre y volver a mis raíces me ayudaba a no perder la cabeza”.
Durante el encuentro, Marchena no se negó a hablar de los momentos difíciles durante su carrera. Recordó con especial dureza su salida del Sevilla rumbo al Benfica, un traspaso obligado por cuestiones económicas. “Lisboa era una ciudad preciosa, pero yo no la viví. Mi mente estaba en Sevilla”. Su sinceridad hizo a los estudiantes darse cuenta de que no es oro todo lo que reluce. Sobre todo, cuando habló del aislamiento, de las lesiones y de la sensación de no poder ayudar al equipo a conseguir los títulos.
Mirar a mi padre y volver a mis raíces me ayudaba a no perder la cabeza
Superarse a uno mismo
Pero si algo caracteriza a Carlos Marchena es su capacidad de sobreponerse. “Pierdo, me levanto y sigo adelante”, dijo con firmeza. Y así ha sido toda su carrera. Incluso tras encajar un doloroso 6-0 contra el Barcelona de Leo Messi en el Camp Nou, supo rehacerse y continuar.
Para el exjugador, la actitud del líder también es importante: “Hay líderes que mandan fuera del campo, pero no dentro del vestuario. Y otros que, sin decir mucho, lo cambian todo”. Citó a Xavi, Puyol, Baraja y Pepe Reina como ejemplos de líderes auténticos.
Durante su intervención también abordó una cuestión más íntima, la fama, y desveló antes los alumnos que no siempre fue fácil. “Lo he llevado francamente mal. He sido un chico muy inseguro. Con la madurez entiendes las cosas de otra manera”. Para el campeón del Mundo, el título más valioso que ha conseguido no cuelga en ninguna vitrina cuenta: “son mis hijos”.
Marchena concluyó con un consejo a los jóvenes: “No os dejéis llevar por las modas, dedicaros tiempo a vosotros mismos, quereros desde la sinceridad y no desde el ego. Seguid adelante sin cansaros nunca”.
Un mensaje honesto, directo y muy humano. Como el exfutbolista Carlos Marchena.