jueves. 28.03.2024

El día que Obama ganó las elecciones, un cambio de etapa pareció abrirse paso en la vida social y política de Estados Unidos: una narrativa que englobada bajo el eslogan “Yes we can”, integraba a todo ciudadano estadounidense al margen de las diferencias raciales.

Como podemos vaticinar por la historia, toda ideología en el poder viene remplazada por la ideología opuesta, en lo que conocemos como “ola electoral”. Es por ello por lo que esta nueva visión demócrata plural, se vio tambaleada años más tarde, cuando el discurso que ganó la presidencia de la Casa Blanca recogía el miedo a la heterogeneidad en un país que tradicionalmente se consideraba como anglosajón, blanco y protestante.

No obstante, todo suceso deja su huella en la historia, y aunque pareciera un “paso atrás” en la integración y en la nueva narrativa postracial, el peso del “Yes we can” dejó a su marcha un gran cambio demográfico: la mayoría tradicional se convirtió en un grupo racial más, aunque siguiera siendo el sector más numeroso. 

 

"Yes we can" Obama. Imagen obtenida de Onda CeroImagen: "Yes we can", Obama- Ilustración obtenida de OndaCero

MINORÍAS EN ALZA: DESESTABILIZACIÓN DE LAS ELECCIONES 

Este cambio en la demografía estadounidense fue investigado por William Frey, un reconocido demógrafo de Brookings Institution cuyos estudios concretaron cómo las minorías asiáticas y latinas, unidas a las afroestadounidenses, estaban cambiando el peso de la balanza demográfica a su favor, lo que podría trasladarse a un mayor peso en las elecciones presidenciales, entre otros muchos factores.

Según Frey, el declive de la población blanca en Estados Unidos se lleva observando desde el año 2000, lo que hace que, actualmente, el censo demuestre que la mitad de los jóvenes menores de edad no se van a identificar con grupos blancos y que la mayoría de los que sí, habrán experimentado en sus relaciones sociales intercambios culturales que le habrán llevado a ser más diversos terminando con un “conservadurismo racial” adquirido de generaciones anteriores.

Un claro ejemplo de esto podemos verlo en las manifestaciones raciales como la de “Black Lives Matter”, donde jóvenes de grupos raciales diferentes se vieron unidos por el apoyo transcultural de una misma causa.

 

EL PARTIDO DEMÓCRATA: ABANDERADO DE LAS MINORÍAS

Kamala Harris acepta la denominación a la vicepresidencia de Estados UnidosImagen: Kamala Harris, candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata. Imagen de Cadena Ser

Con un aumento generalizado del respaldo a la heterogeneidad de la población estadounidense y recogiendo el discurso de las minorías, el Partido Demócrata, abanderado del progreso y la libertad, se acerca a estos votantes que cada día parecen tener mayor peso en la sociedad norteamericana. ¿La promesa de estas elecciones? Kamala Harris: de raíces jamaicanas e indias… y mujer.

Con intervenciones cercanas y poco convencionales a los típicos mítines políticos, la candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos recoge la voz de las minorías cada día más mayoritarias y abraza la lucha por los derechos de la mujer.

Siguiendo la línea del razonamiento de William Frey, Harris se adapta a la perfección a la nueva situación de Estados Unidos. ¿Cuál es el inconveniente? La brecha generacional. La misma que hundiría a Hillary Clinton en 2016.

 

LA OPINIÓN DE LA TRADICIÓN

Para Frey, en una entrevista concedida a la BBC, la victoria de Trump en 2016 se debe, entre otros factores como el de la “ola electoral”, a un discurso que suscitó y alentó el miedo de una brecha generacional en la que entran personas de avanzada edad que no han tenido mayor contacto con otras culturas y se muestran temerosos y poco receptivos por la llegada de aquellos a los que se consideran “los otros”. 

El miedo a lo diferente reactivado por la narrativa que trajo el Partido Republicano en las últimas elecciones alentó al votante blanco y protestante a volver al pensamiento tradicional y conservador, lo cual fue reflejado en las urnas con la victoria de Donald Trump.

Donald Trump gana las elecciones 2016Donald Trump gana las elecciones 2016. Imagen del New York Times

Este aspecto racial y demográfico, nos deja un escenario incierto que, unido a otros aspectos sociales, económicos y políticos nos llevan a cuestionar el futuro de la presidencia de Estados Unidos: ¿se hará historia o se seguirá escribiendo la misma?