Suena el despertador, abres los ojos y la luz que entra por la ventana te deslumbra, echas la mano a la mesilla de noche y no está el móvil. ¿Te imaginas actualmente una vida sin móviles, redes sociales o internet?
Ahora casi todo el mundo va con prisas, con sus cascos puestos sin escuchar el sonido de los pájaros, se ve a muy pocas personas disfrutando de un paseo, mirando el bonito paisaje que nos rodea.
Muchas personas no hacen algo, como puede ser deporte o leer, porque dicen que no tienen tiempo, se ponen excusas. Pero la realidad no es que tengamos falta de tiempo, la cruda realidad es que lo perdemos en la red, mirando fotos en Instagram o publicaciones en Facebook.
Hoy en día nadie se podría imaginar un mundo sin tecnología, ya que pese al uso indebido que a veces realizamos de ella, nos sirve para conectar con las personas que tenemos lejos, sentirnos más cerca, aunque nos separen miles de kilómetros.
Actualmente pasamos más tiempo en redes sociales o internet, que con nuestros abuelos y otros seres queridos. El confinamiento que estamos viviendo, nos debería de concienciar de qué es lo más importante en realidad, de percatarnos de la belleza de los pequeños detalles y cuáles son los recuerdos que nos quedarán en el futuro. Recordaremos la vez que alguien nos enseñó a conducir, las anécdotas de tu abuelo, las comidas de Navidad… No recordaremos los likes de Instagram o los TikTok que hicimos.
La inmensa mayoría está cumpliendo la cuarentena, aunque siempre hay una minoría que no respetan a las personas que están perdiendo la vida y jugándosela. Ahora imaginemos que en un futuro tenemos otra cuarentena, no de la misma manera, sino sin poder utilizar ningún aparato como el móvil, ordenador o la televisión. ¿Seríamos capaces de cumplir con esa especie de restricción? ¿Ahora sería una minoría la que cumpliría con este tipo de “cuarentena”?
Ojalá cambiemos con lo que está sucediendo y dejemos de ser una sociedad tan superficial, aunque sigamos viviendo en la época de lo efímero, en la que nos hacemos miles de fotos y la mayoría las descartemos o se pierdan en el dispositivo. Al ser humano le cuesta darse cuenta de las cosas y muchas veces tenemos que chocar con la misma piedra repetidamente para despertarnos, cuando lo hagamos sabremos valorar todo como se merece.