viernes. 19.04.2024

Recibo su llamada para concederme esta entrevista un viernes a las 21:00 horas de la noche, después de cumplir con su ajetreada agenda, lo que me indica la dedicación y el sacrificio que debe hacer todos los días como médico y en plena pandemia mundial, pero, sobre todo, me dice la gran persona que es. Alfonso Haya Coll no es solo un profesional con una gran reputación, es generoso, empático y, además, en esta ciudad de dualidades, un gran sevillista. El director médico del Sagrado Corazón ha recorrido varios hospitales en Andalucía y ha ayudado a cada uno de ellos a ser mejores y más eficientes.

No puedo evitar arrancar la conversación preguntándole por qué decidió estudiar Medicina. Haya, que hace uso a menudo de la ironía, me responde que eso no es algo de lo que uno se dé cuenta así de repente. Que su padre fuera médico me hace sospechar cierta influencia. En sus inicios tuvo serias dudas entre elegir Ciencias exactas o Medicina, pero su sentido de ayudar a los demás le empujó a elegir la vocación que le acompañaría el resto de su vida.

Terminó la carrera de Medicina en el año 1979 y justo en el año 1981 comenzó las oposiciones para inspector médico de la Seguridad Social, que aprobaría al año siguiente. Después de tener las oposiciones en su bolsillo, fue contratado para ser inspector médico y director del Ambulatorio Virgen de la Cinta (Huelva). Tras su experiencia en el ambulatorio, Alfonso Haya estuvo un total de 23 años (desde 1986 hasta 2009) como director general en el Hospital de Río Tinto, Huelva, en el cual tuvo grandes experiencias y consiguió crecer como persona y como profesional de la salud. Después de su paso por Huelva, volvió a Sevilla en 2009 de nuevo en su nuevo puesto como director médico en el Hospital Sagrado Corazón del Grupo Quirón Salud hasta día de hoy.

Los dos primeros hospitales en los que trabajó el entrevistado eran públicos, mientras que en el que trabaja actualmente es privado. Le pregunto, inevitablemente, sobre la experiencia y diferencia de trabajar en los dos sectores de la sanidad española. El doctor Haya me explica cómo funciona cada hospital: “los públicos sobreviven y funcionan a través de una financiación pública y, por otro lado, los privados son financiados a través de los clientes (las aseguradoras que pagan el 80% de los servicios) que a su vez son los pacientes. Pero al final la misión de hospitales es la misma: “poner al paciente en el centro, diagnosticar enfermedades y curarlas”.

la misión de hospitales es la misma: poner al paciente en el centro, diagnosticar enfermedades y curarlas

El papel de un director médico es crucial en cuanto al funcionamiento y organización del hospital. Nuestro entrevistado, como tal, no tiene atención directa con el paciente, él se encarga de definir el plan funcional, que es básicamente organizar la cobertura de asistencias que se da a los pacientes en ese día, la distribución de consultas, paritorios, quirófanos, circuitos del funcionamiento de urgencias y de la Unidad de Cuidados Intensivos, entre otros. Aparte de toda la gestión que eso conlleva, el doctor Haya destaca que deben tener un ente de negociación, una labor de innovación y, sobre todo, encargarse de la seguridad del hospital y del paciente.

El virus nos pilló descolocados. Todos decíamos que era una gripe, un virus desconocido

Hablando de seguridad, no podemos dejar de abordar la pandemia mundial y las secuelas de la Covid-19 en los hospitales. En marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declara que nos encontramos en una pandemia ante la gravedad de la situación. Para Haya fue “algo que nadie se esperaba”. Reconoce que, por suerte, tenemos un sistema sanitario que supo reaccionar rápido y se adaptó a las circunstancias: “Nos pilló descolocados. Todos decíamos que era una gripe, un virus desconocido”.

Cuando llegó el pico más alto de la pandemia a España y el país entero tuvo que confinarse, no fue nada fácil para los médicos que seguían trabajando a diario para salvar la vida de muchos. Como director médico, Alfonso Haya tuvo un gran papel a la hora de gestionar y crear un plan de contingencia en su hospital. Según relata, tuvieron que habilitar circuitos independientes en el área de urgencias, radiologías, paritorios para mujeres positivo en Covid-19. Tuvieron que cerrar hasta cuatro alas del hospital solamente para pacientes Covid, con una dotación de enfermería independiente, dado que no podían atender a otros ingresados. Hoy, inmersos en la cuarta ola, el Hospital Sagrado Corazón ha tenido que abrir dos alas nuevas para los pacientes positivo en Covid y gestionar así la cantidad de casos que seguirán apareciendo.

No puedo imaginar cómo le afectó la pandemia a nivel emocional y cómo era levantarse todos los días y encontrarse con una situación tan crítica en su hospital. Lo describe como “un momento de montaña rusa emocional”; desde momentos tristes cuando la Covid se llevó a muchos pacientes y compañeros, hasta momentos de pura alegría por aquellos que salían de la UCI entre aplausos del personal del hospital, donde todos han luchado día tras día para salvar vidas. Eso les daba impulso para seguir trabajando por los demás.

Los médicos y demás expertos han tenido que ir informando y estudiando sobre la marcha

Después de todo el sufrimiento, quise saber desde su opinión objetiva y profesional sobre qué piensa de la gestión del Gobierno y cómo se ha llevado a cabo. Según su criterio, y sin entrar en cuestiones políticas, cree que se ha llevado lo mejor que se ha podido porque la entrada de este virus ha sido absolutamente desconocida para el mundo científico: “Ha sido una gestión dura, pero en general bastante bien. Con más o menos errores, pero hay que entender que nos ha cogido a todos desprevenidos. Los médicos y demás expertos han tenido que ir informando y estudiando sobre la marcha sin tener suficiente protección para el personal. Todo el mundo empezó a comprar y no había ningún tipo de asistencia, por ello el Gobierno tuvo que centralizar las compras de material y distribuirlo entre todos los hospitales”.

No solo el Gobierno es sujeto de opinión, sino que la población española también ha experimentado toda clase de comportamientos. El entrevistado piensa que ha habido un poco de todo; gente responsable que respetaba las medidas de seguridad, y otros que hacían caso omiso a lo que decían las autoridades y expertos. Haya entiende el deseo y necesidad de muchos por salir de sus casas y volver a la normalidad: “La juventud tiene necesidad de salir y expandirse”.

hemos sacado una vacuna con relativa rapidez, pero en este caso había muchos recursos para poder testarla

No solo piensa que la población ha hecho lo que ha podido en una situación muy compleja, sino que se muestra bastante optimista con el futuro de las vacunas: “Es cierto que todavía estamos en los albores de esta pandemia, y que hemos sacado una vacuna con relativa rapidez, pero en este caso había muchos recursos para poder testarla”. Hace referencia a aquellos que no confían en ellas y relata cómo ya están probadas y funcionan. Ahora debemos tener paciencia y confiar en su eficacia a largo plazo y ver qué tipo de inmunidad genera en las personas. Según su opinión, como médico, lo más probable es que se tenga que hacer una vacuna todos los años como consecuencia de las nuevas variantes que puedan ir apareciendo. Lo positivo es que ayudan a que se pase la enfermedad de una manera más leve y con mucha menos posibilidad de contagio alrededor.

Hay que hacer las cosas bien y a la primera

Dado que la salud se ha vuelto un factor clave a nivel mundial, esto puede provocar un efecto en las futuras generaciones para que muchos se interesen en estudiar Medicina o cualquiera otra área de salud. Por ello, finalizamos la conversación pidiéndole al entrevistado un consejo para los futuros estudiantes de la profesión, a lo que Haya responde, entre risas: “que estudien mucho”. Para él lo más importante es tener vocación tanto por la profesión como por estudiar. Tras 39 años de oficio, como director médico, confiesa que sigue estudiando y aprendiendo todos días de su vida laboral. Además, hace énfasis en el cambio entre generaciones que está dando la Medicina en términos de la importancia del paciente y su seguridad. “Hay que hacer las cosas bien y a la primera”.