sábado. 20.04.2024

Desde siempre, existen una serie de frases típicas de las madres, como “¿acaso crees que soy el Banco de España?”, “si tus amigos se tiran de un puente, ¿tu también?” o la típica frase “porque lo digo yo y punto, que por algo soy tu madre”. Entre todas estas sin embargo, también encontramos algunos consejos mágicos de las madres muy típicos en las épocas de invierno, como “ponte una rebequita para que no cojas un constipado” o “bébete el zumo para que no te resfríes”; pareciese que la rebequita de la abuela y la vitamina C del zumo van a conseguir que este invierno por fin lo pasemos sin miles de pañuelos alrededor y vaporub en la mesilla de noche, pero… ¿Realmente funcionan estas mágicas sugerencias de nuestras madres? Analicemos a continuación estos consejos. 

“Ponte una rebequita para que no cojas un constipado”

Según nuestras madres es el frío lo que provoca que nos pongamos enfermos, y con capas de ropa y bufandas, esto debería solucionarse, pero ¿es cierto que nos resfriamos por el frío? La respuesta es no, se trata de un gran mito que nos han contado desde pequeños. 

El frío no es la causa de que cojamos un resfriado, la causa son los virus, normalmente por el rinovirus, tal y como indica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, por lo que estar más abrigados no va a evitar que contraigamos un resfriado común. Pero, entonces, ¿por qué nos resfriamos más en invierno? Pues esto se debe a que existen causas indirectas que facilitan que las épocas más frías sean aquellas en las que se producen mayores infecciones por este tipo de virus, como las siguientes:

  • En invierno pasamos más tiempo en interiores, lo que favorece que el ambiente sea más propicio al contagio de enfermedades y la propagación del virus; algo que nos ha quedado claro especialmente desde el comienzo de la pandemia del Covid-19, que nos ha instruido sobre la importancia de tener cuidado en los interiores, ya que el riesgo aumenta considerablemente. 
  • Por otra parte, otro factor muy relevante es que el frío debilita nuestras primeras barreras inmunológicas, como son la secreción de mucosidad en la nariz, al enfriarse, nuestras fosas nasales tienen mayor facilidad para que los virus respiratorios accedan a nuestro organismo, tal y como se muestra en un estudio reciente de los investigadores de la Universidad de Yale, en EEUU. 

 

“Bébete el zumo para que no te resfríes”

En el caso de esta frase común se muestra la idea de que la vitamina C que contiene el zumo de naranja genera una barrera contra las infecciones víricas que dan lugar al resfriado común, sin embargo esta afirmación es parcialmente un mito; es decir, no se ha determinado que la vitamina C disminuye la posibilidad de contraer el virus respiratorio tal y como se demuestra en un estudio de la Universidad de Helsinki en 2013 demostró que el suplemento de vitamina C no reducía la incidencia de la contracción del virus. Sin embargo, algunos investigadores, como Manuel Linares, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de Semergen indican que, sin embargo, esta vitamina sí podría reducir la duración de la enfermedad, por lo que en este último caso podríamos darle cierto crédito al zumo de nuestras madres.