viernes. 29.03.2024
Libros

Del mundo de las finanzas al éxito literario

El pasado jueves 6 de mayo tuvo lugar, en la Fábrica de Cervezas Victoria, la presentación de El juego del alma, el último libro del ya conocido autor de novela negra Javier Castillo

Captura de pantalla del inicio del encuentro organizado por el Aula de Cultura de Diario SUR
Captura de pantalla del inicio del encuentro organizado por el Aula de Cultura de Diario SUR. De izquierda a derecha, Francisco Griñán, Javier Castillo y Antonio Javier López. ©Diario SUR.

En la presentación, Javier Castillo estuvo acompañado por Francisco Griñán, redactor de Diario SUR, quien, tras una breve introducción —sobre la trayectoria literaria del autor— de la mano de Antonio Javier López, codirector del Aula de Cultura de Diario SUR, dio comienzo a una charla coloquio con el escritor de Mijas, que nos llevó desde sus inicios como novelista hasta el lanzamiento de su último libro. 

Tras más de un año, como consecuencia de la situación de pandemia en la que vivimos, Javier Castillo volvió a abrir su ronda de actos presenciales. De ahí que irremediablemente pudiésemos percibir el nerviosismo que reflejaba el autor al frotarse las manos —probablemente algo sudorosas— durante el comienzo del evento.

La última presentación de Javier, hasta la fecha, debería haber sido la promoción de La chica de nieve. No obstante, el escritor canceló el acontecimiento por todo lo que estaba sucediendo en marzo de 2020. En efecto, esto es algo que recalca su interlocutor en el momento de agradecer la asistencia tanto al público que se encontraba de manera física —alrededor de veinte personas— como en streaming.

En su conversación cercana e informal con Francisco Griñán, el autor contó que, desde que era muy joven, escribía relatos a fin de evadirse de la realidad y, por ende, de los problemas que le rodeaban durante su adolescencia. No obstante, nunca se llegó a plantear el ser escritor. De hecho, la vida le llevó a estudiar Empresariales para acabar siendo consultor de finanzas, algo completamente opuesto a la literatura.

De cualquier forma, fue un sueño —misma palabra que el escritor utiliza reiteradamente para hacernos ver cómo es su vida ahora— lo que hizo que la vida de Javier diese un giro de trescientos sesenta grados. Pero, tal y como nos hizo ver Griñán, lo que ha conseguido el autor mijeño en tan solo tres años —lleva más de un millón de ejemplares vendidos— no es fácil, es simplemente un caso de evidente talento. Aunque yo me sigo preguntado si una pequeña parte de este éxito fue debido a que Javier Castillo ya se podía considerar personaje público —desde 2016, tiene un exitoso canal de YouTube junto a su mujer, Verónica Díaz, donde muestran el día a día de su familia a través de videoblogs semanales— cuando lanzó su primer libro.

En numerosas ocasiones, los medios han comparado a Javier Castillo con Stephen King, a pesar de que nos desvelase, durante la conversación con el redactor de SUR, que esto es algo que no le agrada demasiado. Sin embargo, es irrevocable no hacer una comparación como esta, después de que se haya convertido en uno de los mejores novelistas de thriller de nuestro país.

Las novelas de suspense se caracterizan por ser capaces de mantener al lector en estado de tensión por lo que pueda ocurrirles a los personajes durante el transcurso de la historia. Y eso es porque, como se nos muestra a través de la conversación, a los seres humanos nos atrae el dolor ajeno. En efecto, Castillo reveló que esto mismo fue lo que lo llevó a centrarse en este género literario, ya que su fin siempre ha sido competir con todas las plataformas digitales que nos rodean y que al mismo tiempo nos alejan de actividades tan beneficiosas como la lectura. Pero este argumento resulta algo contradictorio, pues parte de los ingresos que recibe provienen de dichas plataformas.

Aunque todas sus novelas estén enmarcadas dentro del thriller, el autor explicó que cada uno de sus títulos es un mundo. De ahí que se sienta un poco lastrado con la saga de Cordura, al recibir comentarios sobre que estos libros son los mejores. Pero, como compartió con todos nosotros, él piensa que es imposible hacer una comparación. A fin de cuentas, cada uno de sus libros se caracteriza por algo “La chica de nieve es un absoluto drama que quiere hacer sentir el dolor real; mientras que El juego del alma se centra en convertir a los lectores en verdaderos investigadores”.

El juego del alma es una secuela de La chica de nieve, que arrasó desde que salió a la venta el 25 de marzo. Desde entonces, la popularidad de esta novela ha sido tan descomunal que ha hecho que Javier se convierta en el primer escritor español que aparece en una de las emblemáticas pantallas de Times Square. De ahí que Francisco le hiciese un guiño a dicho logro diciendo que La casa de papel —la famosa producción española creada por Álex Pina que ha dado la vuelta al mundo— fue todo un éxito, tras la promoción que se realizó de esta en el corazón de Nueva York.

De cualquier forma, la fama de Javier ya se veía venir mucho antes de esta noticia. Y es que, como bromeó de forma campechana el redactor de SUR entre risas, “mientras nosotros recibimos ofertas de Mercadona, a Javier le llegan de Netflix”. No obstante, el novelista nos desveló, tras un comentario de Francisco Griñán sobre lo que significa estar en la cresta de la ola, que para él el fracaso literario no es su mayor miedo, puesto que este sería que le pasase algo a alguno de sus seres queridos.

Javier Garijo del Pino, con uno de los ejemplares del autor firmado, junto a Javier Castillo a la salida del evento

Javier Garijo del Pino, con uno de los ejemplares del autor firmado, junto a Javier Castillo a la salida del evento. ©Javier Garijo del Pino

Después de unos tres cuartos de hora, durante los cuales los asistentes a la presentación escuchamos con interés la conversación entre Javier Castillo y Francisco Griñán, se dio paso a la apertura de una ronda de preguntas. Desde la sala, únicamente intervinieron dos personas. Pero desde casa, la participación fue mucho mayor, a pesar de que el escritor solo pudo responder un par de preguntas. Como sea, tras dicha ronda de preguntas el autor se quedó firmando ejemplares de sus libros en uno de los laterales de la gigantesca sala.