viernes. 19.04.2024
Taiwán: pierden aliados y denuncian a China por interferir en las votaciones de enero.

Taiwán: pierde aliados y denuncia a China por interferir en las votaciones de enero

Las futuras elecciones de enero en Taiwán hacen que incrementen la tradicional tensión con China.

Bajo la pérdida las Islas Salomón como aliado internacional, Tsai Ing-wen vela porque tras las elecciones de enero, la democracia, el capitalismo, la defensa de derechos humanos, el multipartidismo y la libertad sigan siendo los valores que definan a Taiwán.

La ínsula acusa a China por querer interferir en la opinión de los votantes a través de "fake news", "soft power", refuerzo militar en el estrecho de Formosa y haciendo acuerdos económicos que limitan los aliados de la misma.

China niega toda acusación y se muestra atenta ante los movimientos de lo que consideran la rebelde isla de su territorio.

 

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Traducción Tweet: "Todo el mundo merece el derecho de su propia historia, y eso es exactamente lo que #SuBeng le dio a la población de #Taiwan. Su histórica vida ha abarcado un centenar de democratización y desarrollo, y ahora es nuestro turno de coger su legado y trabajar juntos por una mejor Taiwán."

Traducción imagen: "El revolucionario. Su Beng. 1918-2019. Yo me abre ido pronto, así que dependerá de todos vosotros seguir luchando"

 

Las campañas electorales llevan recorriendo las calles de esta República desde comienzo de año, en las que la idea de Deng Xiaoping (presidente de la Comisión Militar Central de la República Popular de China de 1983 a 1989): “Un país, dos sistemas” brilla por su ausencia.

Bajo esta propuesta de una China unida (formada por la anexión total de Hong Kong y Taiwán) en dos sistemas, los taiwaneses rechazan cualquier tipo de acuerdo para que esto se lleve a cabo, hecho que fomenta que China interfiera en las elecciones democráticas de forma tanto directa, reduciendo sus aliados; como indirecta, al lanzar fake news y utilizarsoft power, tal y como denuncia Taiwán. La finalidad de estas intervenciones es influenciar en los votantes para acabar con un candidato más afín al objetivo comunista.

Esta campaña pro-China se vio reforzada tras la victoriosa candidatura de la presidenta de la República de China Tsai Ing Wen, del pasado mes de junio, aunque ya desde sus comienzos como presidenta en 2016 la relación con Pekín se ha enfriado considerablemente.

De los pocos aliados diplomáticos que reconocían a Taiwán como país independiente y democrático, a final de 2018, tres de ellos terminaron apoyando al Gigante Rojo (la mayoría incentivados económicamente, apunta la prensa taiwanesa). Este último mes ha perdido otro, Islas Salomón, contando finalmente con 17 aliados siendo la mayoría islas.

Pareciendo tradición, Taiwán se encuentra con menos aliados conforme pasan los años, J. Wu (actual Ministro de Asuntos exteriores de la República de China) se atrevió a clasificar a China en su rueda de prensa de mediados de septiembre como: la “Diplomacia del dólar” por expandir el ideal de una única China unida a raíz de grades desembolsos. Burkina Faso, República Dominicana, Santo Tomé y Príncipe, Panamá y El Salvador son otros de los países que actualmente consideran Taiwán dominio de la República Popular de China.

Mientras que los jóvenes hongkoneses ven en Taiwán la posibilidad una sociedad china democrática; China se muestra atenta a los resultados de las elecciones de los que consideran parte de su territorio y, Taiwán, se prepara para una de las elecciones más determinantes de su historia que moldearan decisivamente la relación Pekín-Taipéi.

 

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¿Cuál es el origen de la tradicional tensión?

Toda la actualidad de este conflicto tiene su origen más cercano con el fin de la Guerra Civil China en 1949. Sin embargo, esta misma viene precedida por la expedición del Norte, las campañas anticomunistas y la Segunda Guerra Sino-Japonesa.

Tras reanudar la guerra civil de 1927 y finalizarla en 1949, sale victorioso el Partico Comunista PCCh dirigido por Mao Zedong, quedando proclamada bajo su mandato la República Popular de China. Por otro lado, Chiang Kai-shek, dirigente del derrotado partido nacionalista, KMT o partido Kuomingtan, se refugió en la República de China (ínsula bajo dominio chino), actualmente más conocida como Taiwán, donde establecieron un sistema político autoritario con grades influencias militares que duró unos 35 años. Durante este periodo, se llevó a cabo una transición que culminó en 1987 con un sistema multipartidista, democrático y capitalista, hecho que enfrentó la idea de que China sólo es posible a través de un sistema comunista.

Además, el gobierno de KTM llegó a ocupar el Consejo de Seguridad de la ONU como representante de China durante casi dos décadas y a contar con gran cantidad de países que la reconocían como tal. Hasta que, en 1971, la ONU, pasó a reconocer a Pekín como legítimo gobierno Chino, hecho que arrastró consigo que muchos otros países se replanteasen la legitimidad de la soberanía estatal de Taiwán y que, por consiguiente, tomasen el rumbo de la organización. Un claro reflejo de ello es que desde entonces, Taiwán no cuenta con ninguna Embajada en su territorio, siendo lo más parecido a ello la Oficina de Intereses de Estados Unidos.

En 1992, se tuvieron lugar varios encuentros en los que se estableció un Consenso basado en la existencia de una única China, en la que tanto China como Taiwán, bajo mandato oficial de Pekín e internacionalmente reconocido como parte de esta, podían hacer una libre interpretación individual de qué es China basándose en la ideología del partido político que gobernase en el momento. Actualmente, Taiwán rechaza por completo la existencia de este Consenso del 92 y aboga por su libertad como país democrático e independiente de China, mientras que China, se aferra a este Consenso y a la realidad de “Un país, dos sistemas” queriendo acercar posiciones a partir de esta premisa con lo que consideran la península rebelde. Sin embargo, al ver que este acercamiento no se producía, en 2005, China elaboró la Ley Antisecesión en la que establecían que en el caso de que Taiwán se declarase independiente, la intervención militar se consideraría legítima. Y es que poco antes de hacer legítima esta Ley, Pekín ya comenzó a reforzar sus ejercicios militares por el estrecho que las separa mientras que Taipéi por asegurarse una mejor autodefensa en caso de ataque, ha incrementado paulatinamente el presupuesto destinado a dicha causa militar. Mientras que, a nivel internacional, países como Estados Unidos juegan un claro papel en el conflicto, ya que siempre ha sido un gran aliado logístico de Taiwán. A tal nivel que incluso llegó a evitar que en 1940 China invadiese esta ínsula y, a día de hoy, sigue entablando un flujo comercial armamentístico considerable.

Traducción Tweet: "Quiero agradecer al govierno de #US por notificar al Congreso la rebaja de F-16V fighters a #Taiwan. Seguiremos cooperando de forma cercana con US en temas de seguridad, para contribuir con la paz y estabiliad en el Estrecho de Taiwán, y salvaguardar nuestra libertad y democracia."

 

Por otro lado, cabe destacar que este conflicto no es únicamente ideológico ya que factores tanto psicológicos como mediáticos juegan un papel esencial. Asimismo, vemos cómo, aunque el plano militar juega un papel crucial de forma tradicional, no podemos negar que el conflicto bebe de una estrategia actualizada a la importancia mediática, en la que a pesar de mantener un status quo, el soft power interfiere de forma directa en la península.

Según el gobierno de Taipéi las “fake news” provenientes del gigante rojo se hacen hueco en aquellas zonas donde la desinformación cobra vida y aseguran que a través de las elecciones esta intervención mediática será más fuerte. Hecho que, según Holmes Liao (experto en seguridad y profesor de la Universidad Nacional de Defensa en Taiwán), ve únicamente capaz de hacer frente a través de un “contrafuegos chino” y una campaña de “real news” para así poder hacer una difusión de contenido “real” y perseverar el status quo que reina en esta tensión internacional. Por otro lado, el Gobierno Chino niega por completo que esta difusión de noticias falsas por su parte en la península rebelde se esté llevando a cabo.

Finalmente cabe destacar que, a pesar de la peculiaridad de la naturaleza del conflicto, este desafío democrático y capitalista hacia una única China comunista llega a ser inspirador y en muchos casos, esperanzador, para aquellos que velan por una nueva China, como es el caso de Hong Kong, tal y como nos asegura Fernando Delage Carretero, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Loyola Andalucía en la especialidad del continente asiático y Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid.

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