lunes. 29.04.2024
Investigación sobre nuestro origen

Un alto porcentaje de hombres españoles y portugueses proceden de un antecesor común

Según un análisis genético realizado aproximadamente a 3.000 hombres de la Península Ibérica y Francia, el 40 % de los hombres españoles y portugueses provienen de un antepasado común que habitó hace 4.500 años.

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Esta investigación, llevada a cabo por el Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, podría emplearse en el estudio de migraciones humanas, en el reconocimiento de causas criminales y ascendencia.

Tras lo publicado por la revista Scientific Reports, ha analizado la frecuencia en hombres íberos y franceses de una diferencia genética, que sólo considera el 1% de todo el genoma masculino, no obstante, es la encargada de que los hombres debido a su fisiología sean hombres.

Análisis de una variante del cromosoma Y

Según ha demostrado el director del estudio (Francesc Calafell), el cromosoma Y, responsable de impedir la constitución de los ovarios en el embrión y permitir el crecimiento de los testículos, se transmite exclusivamente de padres a hijos varones.

Los científicos han estudiado la variante R1b-DF27 del cromosoma Y, popular en la comunidad científica por su alta repetición en la Península Ibérica, en el ADN de cerca de 3.000 hombres de la Península Ibérica y Francia.

De este modo, han revelado que esta variante está presente en el 40% de los hombres ibéricos.

Según Calafell “la historia evolutiva de los cromosomas Y parece haber transcurrido con rapidez, con incrementos en la repetición de ciertas variantes a causa de cambios culturales o mejoras tecnológicas”.

 

Origen en el noroeste de la Península

En referencia a la variante R1b-DF27, los autores afirman que se creó hace entre 4.000 y 5.000 años, y lo más posible es que surgiera en el noroeste de la Península.

Un origen local en Iberia sería la teoría más creíble, ya que este territorio “demuestra altas cotas de heterogeneidad y antigüedad para R1b-DF27”, ha declarado el científico.

Estas indicaciones parecen encajar con el movimiento de Oriente a Occidente que se ocasionó en Iberia durante la Edad de Bronce, cuando los pueblos ibéricos se instalaron en la costa mediterránea y en el interior, debido a que los celtas habitaban en el centro y el oeste de la Península Ibérica.

El indicio de migraciones españolas y portuguesas

El estudio de esta variante puede ayudar a indagar acontecimientos migratorios que impliquen hombres españoles y portugueses; como se ha comprobado en las ciudades latinoamericanas, en las cuales la variante se localiza el 36% en Puerto Rico, el 8% en Perú, el 40% en Colombia y el 10% en México.

Los científicos, además, han señalado que esta variante cromosómica puede tener aplicaciones en la genética forense, debido a que su existencia en una muestra biológica extraída en la escena de un crimen puede ayudar a reconocer el origen cosmográfico de quien la aportó.

Un alto porcentaje de hombres españoles y portugueses proceden de un antecesor común